domingo, 25 de septiembre de 2011

Impresión en forma de Marcha Fúnebre...

Se puede decir que la Semana Santa es en sí misma  una manifestación de la FE del cristiano católico y una puesta en escena excelsa de la Pasión de Nuestro Señor, así, como si de un auto sacramental de tiempos pasados se tratara. Pues bien, para ésta realidad que manifestamos, no hay mejor acompañamiento musical que la buena música en cualquiera de sus estilos, para plasmar todo lo que significa esa explosión de sentimientos, y que a su vez crea en sí misma una corriente artística.

Creo que el acompañamiento sonoro que expresa la máxima impresión de ver un palio pasar, es la obra,  "Soleá, dame la mano, impresión en forma de marcha fúnebre".
El porqué, pues podemos pensar que desde el inicio de la creación de ésta obra, ya es sobrecogedor de por sí.
Imagínense, en medio del bullicio, los presos de la antigua "Cárcel del Pópulo" de Sevilla, ven pasar a La Virgen en su paso de palio (se deduce que es La Esperanza de Triana), y en medio de ese bullicio, un preso empieza a cantarle una saeta... El compositor, afortunadamente, vive el momento, y le produce un valor estético dentro de sí sobre el momento vivido, y su forma artística de recrear esa Impresión que le produce el momento es creando Música.Y así es su título (Soleá, dame la mano, impresión en forma de marcha fúnebre); se puede pensar que al leer "marcha fúnebre", ya la música es pausada, más bien de tempo lento, o incluso triste, y para nada es así.
La "Marcha fúnebre" es una forma musical, y no tiene porqué coincidir en que sea lenta o "triste" para que me entiendan, pues el vivo ejemplo es la obra que estoy analizando. "Soleá, dame la mano" corresponde en sí misma a la marcha "más flamenca" que pueda existir  hoy en día, pues contiene una saeta que es un "palo" del flamenco, y que está expuesta de la forma más cuidada y sublime, en cuanto a instrumentación se refiere. Así es, Manuel Font de Anta, ya aportó algo muy importante para lo que hoy día es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y es, su obra "Soleá, dame la mano".

Si cada vez queremos ir buscando lo mejor en todos los ámbitos de nuestra Semana Santa, la Música es un elemento indispensable a cuidar. Al igual que una junta de gobierno cuando quiere realizar un manto para su Virgen, busca al mejor de los bordadores o al mejor de los orfebres para unos respiraderos de plata, en Música debemos ceñirnos a unos cánones estilísticos definidos. Éste hecho cada vez va teniendo más relevancia, pues ésta corriente artística como es la Semana Santa, inspira algo más que el simple hecho de realizar cualquier "musiquilla" de fácil melodía y con acompañamiento rítmico definido. Por eso, debemos siempre centrarnos en la buena música religiosa (que no marchas), que es la que engloba todo lo maravilloso de nuestra semana mayor.

http://www.youtube.com/watch?v=ncOY5mPqnr0

Sobre algunos finales añadidos en ciertas obras....

"Soleá, dame la mano" (Impresión en forma de marcha fúnebre"

Llevo algún tiempo reflexionando, verdaderamente años, sobre el porqué hoy día se sigue "cortando" la música específica que se toca en los desfiles procesionales, con un contratiempo en el Bombo al final de ésta misma.

Por lo general, ese corte, que algunos "percusionistas" hacen sin piedad y respeto (ante la sensación de una música que se acaba de dejar en la atmósfera), tiene una duración exacta de una corchea. Pues bien, ese corte que tiene forma de golpe con maza en el parche del bombo, normalmente va situado en la segunda mitad del pulso que corresponde con la segunda parte de un compás 4/4, hay veces que también va situado en la segunda mitad del pulso de la última parte de éste mismo compás. Podría decir también que podría estar escrita la obra en 2/4 y llevar pulso de corchea y no de negra, pero dejemos el primer ejemplo como el más genérico.

Hasta ahora he explicado el uso, pero  ¿cuál es el fin de éste susodicho corte?.....
Pues el corte da la sensación de final a la percusión (tambores) para que empiezen a redoblar inmediatamente, aunque pienso, que da la sensación de final y sobre todo silencio en muchas ocasiones incluso al público, porque varias veces he estado escuchando a algunas formaciones que utilizan éste recurso y el final de la Música se estaba estableciendo una sensación, que era toda la contraria a la sensación que transmitía ese corte, por lo general en intesidad "FF" (Fortísimo), que en muchas circunstancias creaba pánico en el público que rodeaba la formación.

Éste uso viene de herencia de las formaciones militares, pues es algo útil en determinadas ocasiones, cuando se debe cambiar de orden inmediatamente con el cornetín y la banda está tocando, o también pienso que el director militar, cuando desfila delante de la percusión propia de la Banda, no quiere avisar a los tambores de que es su turno de redoblar y no acompañar, de que se acaba la pieza que se está interpretando. Por eso se utiliza.

Pero mi reflexión al respecto, es que hoy día, al menos en las formaciones civiles, es innecesario su uso, pues ¿no saben los músicos dónde está el final en la partitura? y si el director no dice lo contrario, no se enlaza con ninguna otra obra.
Lo que pienso verdaderamente, es que "La Naturaleza de la Música" en éste tipo de obras está bastante definida, y que si añadimos algo extraordinario en el final, no solo colaboramos con el creador de la obra, sino que invitamos a estropear en el final, el discurso musical expuesto, con lo cuál no sería Música que propone una sensación y que va directa al sentir humano....

Invito a reflexionar sobre la causa....